viernes, 8 de agosto de 2014

El fin no justifica los medios


Los medios de comunicación se han hecho amplio eco de un escándalo protagonizado por un profesor de Biofísica de la Facultad de Medicina de Oviedo. De 146 alumnos ha suspendido a 145 en el examen final de su asignatura.
Ante la evidencia de la falta de culpabilidad por parte de los estudiantes en el desastre (superan brillantemente asignaturas mucho más complicadas), el profesor reconoce que puso un examen intencionadamente difícil para llamar la atención sobre un problema: el deficiente nivel de conocimientos de Física con que salen los alumnos del Bachiller (el sistema de las ‘Optativas’ de éste permite a los estudiantes esquivar voluntariamente la Física).
Se da la circunstancia que, en este caso, los estudiantes son víctimas por partida doble: una mala planificación de estudios del Bachillerato que no garantiza el nivel necesario de Física y un profesor al que no se le ocurre más que ‘cargarse’ a sus alumnos para ser escuchado.
Ante esta machada la Dirección del Centro se ha visto comprometida y ha decidido intervenir, pero mucho me temo que, como suele ocurrir habitualmente, las medidas que se adopten estén encaminadas a salvar la cara del profesor y de la Facultad y haya alumnos que salgan irremisiblemente perjudicados.
La triste realidad que este despropósito ha puesto al descubierto es que el profesor en cuestión ha estado haciendo ‘pagar’ injustamente a sus alumnos durante años (el nivel de aprobados en su asignatura fue inusualmente bajo) por una errónea programación en el sistema de estudios y, con toda probabilidad, lo seguirá haciendo en el futuro. Parece ser que ni el profesor ni los responsables del Centro se han enterado que en una democracia el fin nunca justifica los medios.


                                                                       Gijón, 17-06-2007

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