viernes, 8 de agosto de 2014

Las raíces de Europa


Reivindicar las raíces cristianas como signo distintivo de Europa tiene el mismo valor que reivindicar su pasado esclavista, feudal, absolutista, nacionalista, romántico, colonialista, etcétera, porque todos estos hechos condicionaron nuestra historia y siguen influyendo en la actualidad en mayor o menor medida. Véanse, a modo de muestra, los nacionalismos que sólo producen divisiones y enfrentamientos, por no hablar de las guerras de religión que parece que vuelven.
Lo que le da a la cultura Occidental su carácter de única y superior a otras culturas es el concepto de democracia. Ésta no vino de la mano del cristianismo, que más bien la combatió y sigue haciéndolo, sino que tuvo su origen en la Grecia clásica. Aún hoy asombra el nivel alcanzado por el pensamiento y el arte de aquellos hombres, que supuso, sin duda, uno de los mayores hitos de la historia de la humanidad. Fueron los antiguos griegos los primeros en prescindir de los mitos religiosos y las tradiciones ancestrales y usar la razón para explicar el mundo. Fueron, por tanto, los inventores de la filosofía y la ciencia, verdadero distintivo de la cultura Occidental.
El que estos valores no acaben de calar en amplios sectores de la sociedad, es lo que impide la plenitud de la democracia. 


                                                           Gijón, 2-1-2010 

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