jueves, 7 de agosto de 2014

La verdad oculta


El rescate de los mineros, atrapados a 700 m. de profundidad, en la mina de cobre, San José de Chile, fue tan espectacular, que supuso un acontecimiento mediático de primer orden. Los focos del mundo se centraron en la localidad chilena durante el tiempo que duró la tragedia. Como ocurre en estos casos, este fenómeno es aprovechado por todo tipo de oportunistas para beneficiarse. Tal fue el caso del actual presidente de Chile, el conservador Sebastián Piñera, que, desde el primer momento, se erigió en el protagonista del acontecimiento. El resultado fue el esperado: los últimos sondeos le otorgan un 65% de popularidad, 15 puntos más que hace tres meses.
Pero, como es habitual, este tipo de acontecimientos se convierten en un mero espectáculo de masas que impide profundizar, como en este caso, en el origen de la tragedia y ver el trasfondo que contiene. Y lo que contiene es, en primer lugar, la situación calamitosa en la que trabajan los mineros chilenos. Entre 1985 y 2005 tenían un promedio de 54 muertos anuales. Situación en la que la familia Piñera tiene mucho que ver. Una familia que ocupó importantísimos cargos políticos y religiosos en Chile, vinculados a la ultraderecha del país. Tal es el caso del hermano del actual presidente, José Piñera, que fue ministro en varios gobiernos del golpista Pinochet. De su gestión como ministro de Trabajo salió la Ley Constitucional Minera, que privatizó y permitió la explotación minera en Chile en condiciones ínfimas de seguridad, origen de la tragedia, convertida en espectáculo para mayor gloria del actual presidente, que hoy celebramos.
Otra realidad oculta por los focos es que Sebastián Piñera es el Berlusconi sudamericano. Posee la mayor fortuna del país y una de las mayores del mundo y, como el italiano, tuvo sus más y sus menos con la justicia, de la que, por supuesto, salió bien librado.


                                                                 Gijón, 16-10-2010 

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