En el periodo histórico que va
desde comienzos del siglo XI a finales del siglo XIII, es decir, el periodo
correspondiente a la Plena Edad
Media europea, tiene lugar un fenómeno de especial relevancia: el surgimiento
en unos casos y el crecimiento en otros de las ciudades. Esta concentración de
gente en las zonas urbanas no tuvo parangón en la historia europea, tanto por
su intensidad como por su repercusión social, económica y política, si exceptuamos
el crecimiento de las ciudades que se dio a partir de la revolución industrial.
Desde una perspectiva social, el
surgimiento de las ciudades supuso la aparición de nuevas clases, que van
adquiriendo un protagonismo económico y político creciente. Se trata de los
comerciantes y los artesanos -que se organizan en cofradías y gremios,
respectivamente-, a los que, a medida que las comunidades se consolidan,
acompañarán burócratas y hombres de la cultura. También en este apartado cabe
hablar del fuerte crecimiento demográfico que tuvo lugar en estos siglos.
Desde el punto de vista de la
economía, se produce un espectacular enriquecimiento de las nuevas clases
emergentes, aunque el arranque hay que situarlo en el incremento de la
producción agrícola, debido a las nuevas técnicas que multiplican las cosechas.
Este crecimiento económico permite la concentración de capitales, lo que
generará el desarrollo del préstamo y de la
Banca. El primero será monopolizado por los
judíos, naciendo los primeros bancos en Italia.
Políticamente la trascendencia
del movimiento comunal no fue menor. Generado en pleno régimen feudal, llevaba
en sí mismo el germen que acabaría con tal sistema y conduciría a la nueva
edad: la Moderna.
Contaron para ello las ciudades con un poderoso aliado: las
monarquías. Efectivamente, los reyes en su lucha para controlar a los díscolos
señores feudales, no dudaron en favorecer el desarrollo de los Burgos con
exenciones fiscales o fomentando los mercados y las ferias. Cave añadir que
esta lucha por el poder se decantó a favor de las monarquías que se
convirtieron en absolutas, de tal manera que, salvo Inglaterra, la burguesía
entrará, con el cambio de edad, en una fase de decadencia que durará hasta los
albores de la Edad Contemporánea ,
en el siglo XVIII, en que volverá a resurgir.
Curso. 1º de
filosofía de grado
Uned. Gijón
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