martes, 12 de agosto de 2014

La polémica del Arango


El uso del antiguo teatro Arango de Gijón para fines distintos a los culturales ha desatado una nueva polémica en nuestra ciudad. Pero, yo creo que se trata, una vez más, de un debate estéril que no conduce a ninguna parte, porque el planteamiento del problema cultural se hace de forma equivocada. En mi opinión, la pregunta que habría que hacer es: ¿el modelo de cultura que se está impartiendo desde el Ayuntamiento es el adecuado?
Si analizamos, por ejemplo, la propuesta cultural que ha venido haciendo durante décadas la Universidad Popular nos encontramos con una gran variedad de materias, pero el contenido de las mismas va desde cocina, encuadernación, marroquería, maquetismo..., hasta dibujo, pintura, fotografía, teatro..., pasando por bable, gaita, guitarra, árboles y arbustos de Asturias, fósiles y minerales, etcétera, así hasta más de 150 ofertas. Vemos que este tipo de cultura busca más bien entretener, ocupar los ratos de ocio de los gijoneses.
Sin embargo, la cultura popular debe proporcionar a los ciudadanos conocimientos que les permitan analizar y comprender la realidad en la que vivimos y desarrollar su capacidad de crítica, condición imprescindible para facilitar su implicación en la vida pública.
Citaré, a modo de referencia de la verdadera cultura (lo otro es un sucedáneo), un libro, “Principios elementales de filosofía” (Ediciones Inca), en donde se recoge la enseñanza que Georges Politzer (héroe francés de la resistencia antifascista) impartía en la década de los años 30 del siglo pasado en la Universidad Obrera de París. En este libro se explican de manera magistral temas como la diferencia entre la filosofía idealista y la materialista, o métodos racionales y científicos para analizar la realidad como son el ‘materialismo dialéctico’ o el ‘materialismo histórico’.


                                                Gijón, 8-9-2004

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