miércoles, 13 de agosto de 2014

La moda nacionaliega

Uno está harto de tantos argumentos vanos y de la falta de rigor con que se abordan los problemas de la cosa pública. Un asunto que se lleva la palma de lo que digo es el tema de las identidades nacionalistas. Surgen por doquier conversos a la nueva religión que, cual apóstoles, pretenden encarrilarnos, por las buenas o por las malas, en la vía identitaria. Aquel que ose oponer la más mínima objeción es tildado de enajenado y poco menos que arrojado a las fieras.
Pongo como muestra de ello la carta publicada en esta sección “A Gustavo Bueno”. Su oposición a la implantación de la oficialidad del bable le vale el calificativo de ignorante del tema (¿podía ser de otra manera?) y que sus argumentos no se apoyan en datos científicos y objetivos. Y eso lo afirma un señor que dice sentirse preocupado por el complejo de inferioridad que, al parecer, padecemos los asturianos por considerar este dialecto como una degeneración o deformación del castellano ¿Viviré yo en otra galaxia?
El señor Bueno no es, tal como se quiere hacer ver, el único intelectual opuesto a esta  dichosa moda. Cito un grupo de ellos a modo de muestra: Savater, Félix de Azúa, Ovejero Lucas, Vidal-Beneyto, Julián Marías, Pérez Reverte, Pablo Fusi, y un largo etcétera. ¿Leen nuestros bablistas a esos intelectuales?
¿Qué decir de IU, alineada codo con codo con el PAS (cuyo líder afirma que la dialéctica derecha/izquierda ha sido superada históricamente por la dinámica de los nacionalismos), y con URAS (una escisión del PP)? ¿Cabe mayor incongruencia? ¿Nos extrañamos porque la cultura de la izquierda haya sido barrida?
Termino aclarando al autor de la citada carta que, desgraciadamente, el nivel de la Política en nuestra región está no sólo por debajo de la Filosofía, sino de todos los demás estamentos. 


                                                        Gijón, 13-06-2004

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