El bárbaro atentado cometido en
Londres el pasado día 7 produce gran consternación y unánime condena. Pero no
debería ser menor, creo yo, el rechazo que causa la actitud de determinados
políticos y comentaristas, tanto radiofónicos como de prensa escrita, que,
desde hace tiempo, utilizan estas tragedias para manipular, confundir y
enfrentar con fines partidistas.
Ante la demagogia es necesario
que prevalezcan las voces que se alzan lúcidas señalando el único camino
posible que deben seguir nuestras democracias para combatir eficazmente esta
lacra. Voces como la de Juan Luis Cebrián, que en un excelente artículo
titulado ‘Bajo las bombas’, publicado en la prensa a raíz del atentado, decía,
entre otras, cosas lo siguiente:
“La batalla (contra el
terrorismo islamista) tiene que darse en muchos frentes: en el policial y
judicial desde luego, pero también en el cultural, en el educativo y en el
religioso. Atañe a la integración de los inmigrantes que llegan por oleadas al
mundo desarrollado, a las cuestiones planteadas por el multiculturalismo, a la
lucha contra las desigualdades económicas, y a la eliminación del exasperante y
ciego egoísmo de las sociedades capitalistas. Atañe, en definitiva, a la
recuperación de los valores de la democracia, a la eliminación del odio como
caldo de cultivo de la política y al reconocimiento de la existencia del otro
en el marco de nuestra convivencia plural.”
Gijón, 10-7-2005
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