Ahora le toca el turno a la monarquía. Bastó que una revista satírica
publicase un chiste verde sobre los príncipes, un fiscal magnificase el hecho
secuestrando la publicación y unos exaltados quemasen unas fotografías del rey
para que, de la noche a la mañana, la estabilidad democrática de España,
mantenida durante casi 30 años, esté en peligro. ¿Responsable del nuevo mal?
Una vez más, Zapatero.
La lista de catástrofes apocalípticas atribuidas al presidente resulta
interminable. Hago recuento de algunas: La asignatura de Ciudadanía, ley de la Memoria Histórica ,
matrimonio de homosexuales, propuesta de referéndum de Ibarretxe, 11-M, reforma
del Estatuto catalán, diálogo con ETA, LOE, inmigración ilegal, política
exterior, anomalías en el mundo judicial, etcétera.
Resulta evidente que la manipulación de estos hechos responde a una
estrategia perfectamente planificada que persigue fines concretos tales como:
mantener al electorado pepero movilizado; enmierdar, confundir, desprestigiar
la política a fin de provocar hartazgo y abstención en amplios sectores de la
sociedad; anular el debate sobre los problemas reales de los ciudadanos;
impedir que se valoren los logros sociales y económicos del actual Gobierno.
Como parece que estos objetivos se están logrando, uno no puede menos
que constatar que, una vez más como tantas otras en nuestro pasado, estamos
instalados en la España
esperpéntica.
Gijón, 6-10-2007
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