viernes, 8 de agosto de 2014

Caudillismo


El problema del FAC, Francisco Álvarez Cascos, está implícito en su mismo nombre: caudillismo. Se trata de que este señor tiene un concepto mesiánico de la política. Se presenta como el salvador que viene a redimirnos. Sin embargo, todos los salvadores que ha habido en el mundo condujeron a sus pueblos a la ruina. Este tipo de líderes no funciona en una democracia, porque la esencia de la misma es reconocer el pluralismo de la sociedad: no todas las personas piensan igual. Esto, que supone su mayor virtud, representa también su mayor dificultad. Ello porque ese pluralismo determina las bases de la política democrática: diálogo y negociación.
La actitud prepotente exhibida por este político imposibilita el necesario entendimiento, lo que resulta catastrófico en unos momentos especialmente difíciles para Asturias. Su pretensión de que todos los políticos, excepto él, son incompetentes y corruptos no se sostiene. Este partido no es diferente a los demás. Para muestra un botón: ¿quién financia las costosísimas campañas electorales (tres en menos de un año) de esta organización política? ¿Cuál es el precio apagar a quienes la financian?
Respecto a su oferta política para salir de la crisis, es igualmente equivocada. No se trata de trabajar más (a tres turnos) sino, puesto que hay poco trabajo, repartir el que hay y trabajar todos. En todo caso, el problema no lo tiene el FAC, lo tenemos los asturianos.


                                                   Gijón, 12-2-2012

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