El pasado 8
del corriente mes me conmovió el reportaje emitido por Tele 5, “Hotel
Palestina. 8 de abril”, sobre la muerte del cámara de dicha televisión José
Couso en la reciente guerra de Irak. Me pareció un excelente trabajo de
investigación y denuncia, hecho con seriedad, rigor y sin ninguna concesión al
sentimentalismo en el que suelen caer este tipo de documentales. Aunque se
trate de un hecho real, no tiene nada que ver, por supuesto, con los
lamentables ‘reality shows’ tan celebrados y tan de moda en nuestra televisión.
Encuentro, no obstante, un punto en común entre el reportaje y los programas
basura: en ambos se nos muestra la miseria humana. Pero, mientras en estos se
exhiben personajes anodinos y lo hacen, supongo, por dinero o un poco de
celebridad, en el documental referido la mediocridad que se muestra es la de
los poderosos. Creo que la combinación de la mediocridad con el poder producen
tragedias como la citada de Irak, que se cobró, y sigue cobrando, tantas vidas
inocentes, como la de Couso. Su muerte resulta particularmente dramática,
precisamente, porque dio su vida por informar sobre las atrocidades de esta
impopular guerra. El interrogante que se hace patente a lo largo de la
narración sobre si su muerte fue intencionada para acallar a la prensa, queda,
de momento, sin respuesta. Los ciudadanos no deberíamos dar el caso por
cerrado.
Gijón, 11-10-2003
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