La pasada semana se han
celebrado diversos actos como homenaje al catedrático gijonés señor García Rúa,
a los que yo he asistido y me han sugerido las siguientes reflexiones:
1) Considero de extraordinaria
importancia dichos actos ya que, creo, deben servir de referencia para la clase
trabajadora y de punto de partida para la toma de conciencia de su situación
real y para el inicio de las acciones necesarias a seguir.
2) Me interesa destacar entre
las muchas y muy sugerentes ideas que nos transmitió el profesor García Rúa la
siguiente: la Transición
estableció en España una democracia formal pero no una democracia real. A este
respecto hay que decir que la expresión franquista “todo queda atado y bien
atado” se ha cumplido. La clase trabajadora está atada por una doble cadena:
por un lado el aparto económico-social (neoliberalismo económico, Maastricht,
pactos sociales, reformas laborales, etcétera), y por otro el déficit cultural
y el desarme ideológico que propicia una fácil manipulación por parte de las
clases dominantes de siempre. Basten dos ejemplos para verificar esto último:
el extraordinario auge del futbol-espectáculo y el desigual tratamiento publicitario
concedido por los políticos y los medios de comunicación al secuestro del señor
Ortega Lara (privado de sus derechos debido al terrorismo de ETA) y a la
situación de millones de trabajadores en paro y con contratos basura (privados
de sus derechos debido al sistema económico-político imperante).
3) Finalmente, quiero hacer una
llamada a la izquierda real de Gijón para que se movilice en el sentido de
proporcionar al colectivo de parados y trabajadores con contratos temporales
los recursos necesarios que les permitan defender sus derechos, ya que se
encuentran totalmente indefensos.
Termino felicitando al señor
García Rúa y a los que hicieron posible la celebración de su homenaje.
Gijón, 10-11-1997
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