Todavía no ha tomado posesión de
su cargo y ya está buscando el enfrentamiento. “Nuestros pobres saben a qué
puerta llamar y no lo harán donde quieren quitar los crucifijos”. Eso dijo el
recién nombrado arzobispo de Oviedo (‘El Comercio’, 23-11-09). Con esta frase y
su curriculum (en la cuerda de Rouco) queda perfectamente retratado, por lo que
sabemos lo que nos espera.
La citada frase es toda una
declaración de principios. Durante siglos los pobres han llamado a las puertas
de los ricos para pedir limosna. De eso vivían. La democracia, que trata de
romper con ese pasado, establece que la convivencia no se basa en la caridad,
sino en la justicia. No son limosnas, sino derechos lo que hay que pedir. Desde
luego, los pobres saben que no pueden llamar a las puertas de la Iglesia católica para
pedir derechos.
Gijón, 6-12-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario