El programa de evaluación de los
alumnos, PISA, además de informar sobre los conocimientos adquiridos por los
estudiantes de 15 años de más de 60 países, aporta otra información de interés
como las características de la familia, del colegio, hábitos de estudio,
etcétera. Todo ello permite hacer comparaciones internacionales, así como
comprender la naturaleza de los resultados y buscar vías de mejora en los
sistemas educativos. Combinando tres factores que intervienen en la enseñanza:
los resultados obtenidos por los estudiantes, los grupos sociales a los que
pertenecen y el tipo de colegio en el que se forman, se llegan a conclusiones
interesantes.
Una es que hay una relación
directa entre el nivel socio-cultural de los progenitores y el resultado de las
pruebas: a mayor nivel, mejores resultados. Otra es que los estudiantes
repetidores obtienen resultados más bajos que los no repetidores. El porcentaje
de los hijos de familias con estatus socio-económico alto, que van a colegios
privados, es del 50%, reduciéndose al 22% entre los hijos de las familias más
pobres. Estos porcentajes se invierten en la pública. Por otra parte, más de la
mitad de los repetidores pertenecen a las familias más pobres, por solo el 11%
en el caso de los hijos de los ricos. Todo ello hace que la puntuación media de
los colegios privados sea mayor que la de los públicos, pero esta diferencia
desaparece cuando comparamos los resultados de estudiantes pertenecientes al
mismo grupo social.
De lo dicho se deduce que es
irrelevante la educación en colegio público o privado con respecto al
rendimiento educativo; y, si tenemos en cuenta la mayor asistencia a la
enseñanza privada de los hijos de clases altas, queda en evidencia que la
financiación pública a dicha enseñanza favorece a los ricos. Dicho de otro
modo, en la enseñanza se está haciendo un trasvase de dinero público, que
debería emplearse para garantizar la igualdad de oportunidades, a la educación
privada de la que se benefician los grupos sociales más favorecidos. Es un
problema de equidad, no de eficacia.
Gijón,
12-12-2013
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