martes, 5 de agosto de 2014

Entender lo que nos pasa


En estos tiempos de indignación y desconcierto se impone entender lo que nos pasa a fin de buscar la salida correcta y evitar repetir las tragedias del pasado a que nos condujeron momentos de descontrol como el presente. Hay quien, incapaz de entender la historia, propone repetir los viejos errores y añora la vuelta de los ‘espadones’, tales como el general Pavía, precursor de otro malhadado militar, el general Franco, que usaron el poder militar para impedir que España circulase por los cauces del progreso y la modernidad por los que se movía el resto de Europa. Aún estamos pagando el endémico atraso histórico que produjeron. Pero parece poco probable que repitamos ese error. El tejerazo del 81 nos dejó vacunados para varias generaciones; esperemos.
El peligro más bien parece venir de la mano del populismo y la demagogia, tal como ocurre en Italia. Políticos sin escrúpulos como Berlusconi o Grillo que, aunque con estilos diferentes, se aprovechan del descontento y la desinformación populares para presentarse como salvadores de la patria.
La solución correcta, tal como apuntan muchos intelectuales y avala la experiencia, pasa por aplicar la versión más radical, a la vez que viable, de la democracia: la participativa-representativa. Es decir, ciudadanos comprometidos con las instituciones, controlando a los políticos, lo que exige un compromiso con la política, o lo que es lo mismo, con la cultura. Es la única fórmula que se ha inventado para impedir que se cumpla lo que con acierto formuló Lord Acton en el siglo XIX: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.


                                                                               Gijón, 27-2-2012  

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