Continúa Rajoy y su Gobierno el
proceso de desmantelamiento del Estado de bienestar al que había accedido
España en los últimos tiempos. Toma como coartada la crisis (originada, por
cierto, por las políticas neoliberales que ellos mismos ejercen), se apoya en
la mayoría absoluta que detenta y cuenta con la inestimable colaboración de
Zapatero al que convirtieron, por medio de una eficaz labor de propaganda, en
chivo expiatorio de todos los males.
Por otra parte, produce asombro
ver cómo los diputados del PP aplauden a su líder cada vez que éste anuncia
medidas que producen grave sufrimiento a sus conciudadanos. Llaman vagos a los
parados y pronuncian el “¡Que se jodan!” sin pudor, lo que demuestra su falta
de empatía, es decir, son incapaces de ponerse en la piel de los que sufren (de
ello ya dieron una escalofriante muestra cuando acogieron con euforia la decisión
de Aznar de apoyar la invasión de Irak).
Por lo que se refiere a Rajoy,
podemos descubrir su personalidad en una frase que escribió en 1984:
“Demostrada de forma indiscutible que la sociedad es jerárquica, engendra a
todos los hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el
resentimiento para asentar sobre tan negativas pasiones la dictadura
igualitaria. La experiencia ha demostrado de modo irrefragable que la gestión
estatal es menos eficaz que la privada. ¿Por qué se insiste en incrementar la
participación estatal en la economía? En gran medida para despersonalizar la
propiedad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria”.
De todo ello se deduce que hemos
metido al zorro en el gallinero y tendremos que atenernos a las consecuencias.
Gijón, 17-7-2012
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