martes, 5 de agosto de 2014

El rostro del fascismo


El sábado, día 20 de octubre, el fascismo asomó su siniestro rostro en estas mismas páginas en forma de una carta titulada ‘Un salto al vacío’. A buen seguro, su lectura ha producido un escalofrío en muchos lectores de este periódico. Como es necesario conocer bien sus rasgos para poder combatirlo, reproduzco algunos:
“España saltó al vacío cuando aprobó la Constitución del 78, donde se establecen solapadamente los gérmenes de la corrupción política que ahora lamentamos; cuando creyó que de las urnas saldrían la verdad y la justicia, ignorando que los valores no son fruto de la voluntad mayoritaria; …cuando socavó los cimientos de la sociedad al atacar la familia con la ley del divorcio; cuando prefirió dar muerte a millones de niños con la ley del aborto;… cuando no se suspendieron en el tiempo unas elecciones celebradas tan solo dos días después del mayor atentado terrorista sufrido en España; cual fruto podrido de aquellas urnas teñidas de sangre salió el más nefasto de los gobernantes de esta querida piel de toro…”, etcétera. Y remata con el tópico fascista de que España es diferente en clara alusión a la estúpida idea de que “España es una unidad de destino en lo universal”.
Creo que esta carta debería hacernos reflexionar, porque no se puede descartar que no acabemos reencontrándonos con nuestros demonios del pasado. Hay voces clarividentes que nos indican cuál es camino correcto a seguir, que no es otro que el de la democracia. En Asturias, en los próximos días, vamos a tener una oportunidad de oro para oír una de esas voces. Se trata de la galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales Martha C. Nussbaum. Necesitamos escucharla; estamos obligados a hacerlo.


                                                          Gijón, 21-10-2012

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