El juez Baltasar Garzón, está a
punto de sentarse en el banquillo de los acusados como si de un delincuente se
tratase. ¿Cuál es su delito? Para muchos españoles e incluso extranjeros, dada
su popularidad aquí y más allá de nuestras fronteras, no hay duda: no fue un
juez políticamente correcto; osó meterse con los poderosos y eso se paga. Persiguió
a dictadores asesinos (Pinochet); a peligrosos terroristas (ETA); a terroristas
de Estado (GAL); a narcotraficantes (Nécora); a políticos corruptos (Gürtel),
etcétera. Además, siendo consecuente con la Ley de Memoria Histórica, encausó al régimen
franquista por crímenes contra la humanidad.
Recuerdo que, en vísperas de la
guerra de Irak, el juez Garzón tomó parte activa en las masivas protestas
contra la atrocidad que se avecinaba, publicando artículos en los que
calificaba la invasión como crimen de guerra. Una vez consumada la barbarie,
publicó un artículo titulado ‘Tiempo de canallas’, en el que arremetía sin
contemplaciones contra los autores de las aberraciones que se estaban
cometiendo impunemente (las víctimas inocentes se cuentan por millones).
Ciertamente, los responsables de las mismas se fueron de rositas, pero ahí
quedó el testimonio de un juez valiente que no dudó en alzar su voz en defensa
de aquello en lo que cree: la justicia.
Gijón, 13-2-2010
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