domingo, 10 de agosto de 2014

El código da Vinci


Resulta casi obligado ver la película ‘El código da Vinci’ (inspirada en la novela homónima de Dan Brown), más, quizás, por la polémica que suscita el argumento, una interpretación distinta del cristianismo, que por su calidad. Para los no creyentes, las dos versiones sobre la vida de Jesucristo, la tradicional mantenida por la Iglesia católica y la heterodoxa propuesta en la película, responden más a la mitología que a la historia real. Sin embargo, dada la enorme trascendencia que tuvo el cristianismo en la evolución de la humanidad, no resulta superfluo, creo yo, especular sobre cómo habría sido la historia si hubiese prevalecido la nueva versión sobre la vida de Jesús.
En primer lugar, un Jesús de naturaleza humana, no divina, resultaría más creíble y cercano. Su matrimonio con María Magdalena con la que hubiese tenido descendencia, habría supuesto el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres por parte de la Iglesia a lo largo de los siglos y, por tanto, el tradicional machismo, si no totalmente erradicado, estaría mucho más atenuado. El celibato obligatorio de los clérigos no tendría sentido, lo que supondría un mejor conocimiento de estos sobre la sexualidad y la familia y entenderían, entre otras cosas, lo que sabe la mayoría: que el sexo en los seres humanos tiene más fines que el de la mera reproducción.
Y ya puestos a fantasear, también podemos creer que la Iglesia católica se hubiese mantenido fiel a la doctrina original de Jesús de compromiso y defensa de los perdedores y excluidos de la Tierra y se hubiese alineado con ellos en sus seculares luchas de emancipación y liberación con lo que el mundo actual sería un poco más justo e igualitario.


                                                                           Gijón, 28-5-2006

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