jueves, 14 de agosto de 2014

El chapapote del Prestige


         Como quiera que vamos a ser obsequiados con oleadas de chapapote por tiempo, hay tema de debate político para rato. En este periódico hubo bastantes opiniones al respecto, pero yo quiero detenerme en dos en particular que me parecen interesantes (todas lo son cuando son sinceras). Una es de un cargo político local del PSOE, el secretario de comunicación de Gijón, Edmundo Pérez Fernández (“Déficit en la costa cantábrica”, 11-12-02), y la otra pertenece a Manuel Antonio Goti del Sol, presentada por carta en esta sección (“El Prestige y la desaparición del Estado”, 9-12-02).
           Sobre estas dos cartas quiero hacer un comentario que creo viene al caso. Si bien las conclusiones que sacan del análisis del vertido son parecidas y, en mi opinión, acertadas: la aplicación de políticas neoliberales con su furor privatizador debilita al Estado y, consecuentemente, le imposibilita para responder eficientemente a acontecimientos como el que nos ocupa, obligando a la intervención del voluntariado social (ONGs) para paliar los efectos del desastre, la credibilidad de quien las emite no es la misma.
           Me parece lamentable que el dirigente del PSOE haga este tipo de análisis cuando fue su partido el que, durante los 14 años que estuvo en el Gobierno, introdujo en España el mencionado neoliberalismo que ahora critica. ¿Hace falta recordar aquí quién inició la política de privatizaciones, flexibilidad laboral (léase precariedad), recorte de derechos y despolitización de los trabajadores y, en definitiva, la implantación en este país del, por él mismo citado, pensamiento único? ¿Hay que decir quién fue el ministro de economía que inicialmente (fielmente secundado por sus sucesores) dirigió la política económica del Gobierno del PSOE y cuál era su talante político? ¿Es que todavía no nos hemos enterado que los ciudadanos españoles han votado mayoritariamente al PP porque, para hacer este tipo de políticas, era más racional, coherente y hasta ético que fuese un partido de derechas?
            Termino reiterando lo que dije al principio: si bien el análisis de Antonio Goti me parece aceptable, el otro me parece oportunista y, por lo mismo, inaceptable. La gente del PSOE tiene que hacer otro tipo de discursos para que sean creíbles, empezando por entonar el mea culpa.


                                                                       Gijón, 30-12-2002

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