Si bien todos los días nos
encontramos en los medios con noticias que reflejan el desquiciamiento en el
que vivimos, hay algunas particularmente elocuentes. Tal es el caso de la
publicada en este periódico el pasado día 10 de mayo. La encabezan estos
titulares: “La casa Natal de Jovellanos alza la vista hacia Bruselas”, y
“Políticos y vecinos piden una ciudadanía activa para celebrar el aniversario
del discurso que inspiró la construcción de la UE ”. El texto que sigue da cuenta del acto en el
que intervinieron representantes de los cuatro grupos políticos del
Ayuntamiento gijonés y de las Asociaciones vecinales con motivo del Día de
Europa en Gijón (aniversario del inicio de la actual Unión Europea).
La pregunta que me hago (y les
hago) es: ¿A quién piden una ciudadanía activa? ¿A los Reyes Magos? ¿A los
dioses? Porque para que haya una ciudadanía activa no hay que pedirla, hay que
crearla. Porque el problema es que actualmente no existe tal ciudadanía activa.
Es más, ni siquiera existe la ciudadanía como tal. Existen individuos
despolitizados que van a lo suyo y cuya actitud hacia la política es, bien de
pasotismo bien de protesta, pero nada de compromiso. ¿Acaso no oyen lo que les
dicen miles de ciudadanos en las calles; que no nos representan? Los ciudadanos
estamos excluidos de las instituciones públicas, ocupadas por políticos
desconectados de la realidad.
La noticia dice que los allí
presentes leyeron “extractos de un manifiesto por la ciudadanía activa para
avanzar en la construcción europea”. Pero eso no sirve de nada. Es puro
protocolo para salir en la foto. Para crear la ciudadanía hay que poner en
marcha políticas adecuadas. La ciudadanía es un concepto vinculado a una
corriente ideológica, concretamente el republicanismo, en las antípodas de la
ideología neoliberal imperante (el llamado pensamiento único). Termino con otra
pregunta: ¿Conocen los allí reunidos lo que significa la palabra ciudadanía?
Gijón, 12-5-2013
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