Estupor, rabia, impotencia,
indignación, son sentimientos que provoca la indecente ofensiva que, siguiendo
la consigna de algún gerifalte (al parecer la delegada del Gobierno en Madrid),
busca desprestigiar a uno de los movimientos ciudadanos más dignos y solidarios
de los últimos tiempos. Me refiero a la pretensión de comparar la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca
con grupos “filoetarras”.
El truco es viejo a la vez que
disparatado y burdo, pero les funciona. Los ‘peperos’ y ‘voceros’ afines lo
usaron sin complejos con motivo del mayor atentado habido en España: el de la
estación de Atocha. Allí también siguieron la consigna de otro gerifalte, el
entonces presidente del Gobierno, de triste recuerdo por otra monumental
mentira: las armas de destrucción masiva en poder de Sadam Husein. Durante toda
una legislatura sembraron el infundio de que detrás del atentado estaba el PSOE
que había actuado en connivencia con ETA para acceder al Gobierno. Aún hoy esgrimen
impúdicamente la mentira como ocurrió en el reciente aniversario del 11-M.
La descalificación de los grupos
antideshucios tiene como finalidad encubrir una de las realidades más
dramáticas de nuestra sociedad: la desesperación de miles de familias que son
arrojadas a la calle como consecuencia de una crisis que fue provocada por las
políticas neoliberales, de las que el propio partido del PP es el máximo
defensor.
Gijón, 28-3-2013
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