A estas alturas de la historia
se sabe que la única posibilidad de redención que tiene el género humano pasa
por hacer realidad la democracia. Consecuentemente, el número de países que se
gobiernan en la actualidad mediante este sistema es mayor que nunca. Sin
embargo, paradójicamente, los resultados prácticos no responden a las
expectativas, con lo que el escepticismo y la desafección se extienden en la
sociedad con consecuencias negativas. La pregunta obvia que cabe hacerse es:
¿qué falla?
Hay excelentes libros que tratan
de dar la respuesta al tema. Uno de ellos, de reciente publicación, es
“Democracia sin ciudadanos” (Editorial Trotta), de varios autores, entre ellos
la filósofa Victoria Camps. Ya el propio título contiene la respuesta que sus
autores desarrollan en las páginas del libro: fallan los ciudadanos, que
presentan rasgos preocupantes como la falta de civismo, la desafección política
o la poca participación en los asuntos que conciernen a todos.
El subtítulo del libro, “La
construcción de la ciudadanía en las democracias liberales”, señala otro tema
abordado por los autores: el papel que la educación ha de tener en la
construcción de una ciudadanía más activa y comprometida.
Recomendado para políticos, educadores
y todo aquél que busque luz entre tanta oscuridad.
Gijón, 24-9-2010
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