Ana María Cano González,
presidenta de L’academia de la
Llíngua asturiana, nos presenta en el artículo “Oficialidad y
reforma del estatuto”, publicado en este periódico el día 18 de julio, una hoja
de ruta para que el Gobierno del Principado establezca la normalización del
asturiano, la cual pasaría por la cooficialidad del mismo como paso necesario
para la generalización de su uso. Argumenta que la ausencia de las medidas que
ella recomienda evidencia un déficit democrático inexplicable. Coincido con
ella en lo del déficit democrático, pero yo lo percibo en realidades totalmente
diferentes. Pongo un ejemplo:
En días pasados asistí a una
charla-coloquio sobre la deslocalización laboral celebrada durante la Semana Negra en la
carpa de radio Kras. Una de las ponentes era una delegada de los trabajadores
de la plantilla de Suzuki. Nos explicó que en la negociación del convenio
laboral actualmente en curso con la dirección de la empresa, ésta exige, entre
otras condiciones (como la pérdida de la antigüedad, penalización económica si
se rebasa el 5% de absentismo laboral, etcétera), el montaje de una motocicleta
cada medio minuto. Ello obligaría a forzar la cadena de producción hasta
límites insoportables. En caso de que los trabajadores no acepten estas
condiciones la dirección amenaza con deslocalizar la empresa (la multinacional
japonesa sólo invertirá en aquellas factorías que cumplan con las exigencias de
producción establecidas). Todo esto ocurre en medio de un total abandono por
parte de sindicatos y partidos políticos, la falta de información en los medios
y el desconocimiento e indiferencia de los asturianos. A esto llamo yo déficit
democrático. Lo demás son chorradas.
Gijón, 18-7-2004
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