Me gustaría
destacar dos excelentes artículos de opinión publicados en este diario: “¿Existe
la realidad?” (6 de abril), de Cosme Cuenca, y “En busca de la verdad perdida”
(4 de abril), de Alberto Piquero. Y ello por la singular importancia de los
temas tratados y la relación que hay entre ellos. Ambos se inspiran para hacer
sus reflexiones en la conmoción que supone la guerra de Irak.
En el
primero, su autor advierte la tremenda disparidad con que los españoles
percibimos la realidad, lo que explica la división de la sociedad a la hora de
enfrentarse al terrorismo, (extensible a cualquier otro problema).
El segundo
artículo citado puede entenderse, en mi opinión, como respuesta al problema
planteado en el primero: la solución pasaría, según Piquero, porque los
españoles buscásemos afanosamente la verdad, es decir, tratásemos de conocer la
realidad de las cosas. Para ello no cabe otra opción, según el autor, que la
lectura de la prensa. Y para que ésta sea eficaz deberían darse dos requisitos:
la objetividad y veracidad de los informantes y el deseo de conocer de los
informados.
Modestamente,
quisiera añadir una opinión (que deja entrever, por lo demás, Piquero en su
artículo) a las interesantes reflexiones expuestas: la necesidad imperiosa que
tenemos los españoles de elevar nuestro nivel cultural para poder establecer un
diálogo que permita el entendimiento y la convivencia. Sólo en la base de
compartir conceptos y valores comunes que proporciona la cultura, el diálogo
será constructivo, y no ‘de besugos’ como ocurre en la actualidad en la mayoría
de los casos.
Gijón, 11-04-2004
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