viernes, 15 de agosto de 2014

Chigres


Hace unos días, este periódico publicó una noticia que no creo que le haya pasado inadvertida a nadie. Ésta era, dicho de forma vulgar: “En Gijón hay un chigre por cada cien habitantes”. La primera reacción es de sorpresa. ¿Cómo es posible? Pero la reflexión seguro que no pasó de ahí. Sin embargo, un análisis más profundo del tema nos puede llevar a la preocupación. Efectivamente, si a esta noticia se añadiese otra en la que se nos dijera cuántas bibliotecas hay en Gijón por habitante y cuál es el número de usuarios (sería interesante que su periódico la publicase) se completaría un cuadro que reflejaría una realidad concreta. Seguramente se pondría en evidencia un problema grave de nuestra sociedad: un déficit cultural que origina otro no menos grave: el déficit democrático.
Lo malo del caso es que estos problemas pasan inadvertidos (no aparecen en liza durante las campañas electorales, por ejemplo). ¿Cómo se puede resolver un problema que ni siquiera se plantea? Si alguien tiene alguna duda sobre la repercusión del tema, le propongo la siguiente cuestión: ¿Si se permutasen los índices de afluencia de los ciudadanos que acuden a los bares con los que acuden a las bibliotecas, estaríamos ahora arrojando miles de toneladas de bombas sobre Yugoslavia?


                                                               Gijón, 28-4-1999

No hay comentarios:

Publicar un comentario