sábado, 16 de agosto de 2014

Castigo a los retornados


La crítica que hace el autor de la carta ‘Hacienda y los exemigrantes’, publicada en este periódico el 13-5-14, contra los emigrantes retornados (insinúa que son unos pícaros), es particularmente lamentable por pertenecer él mismo a este colectivo. Esto es así porque, además de desconocer aspectos importantes sobre el tema que trata (la tributación de los retornados españoles a Hacienda), muestra muy poca solidaridad y empatía hacia los que están en sus mismas condiciones. Digo empatía porque cualquiera sabe que los millones de españoles que a lo largo de la historia tuvieron que emigrar (y siguen emigrando) al extranjero lo hicieron, la mayoría de ellos, para poder sobrevivir. Fueron doblemente víctimas: aquí, porque la sociedad les excluyó del mercado laboral y allí, porque tuvieron que hacer los trabajos que los nativos no querían. Los españoles debemos un reconocimiento especial hacia estas personas, porque su sacrificio redundó en beneficio de todos por las importantes remesas económicas que trajeron a España (aparte de paliar la grave situación social que el endémico paro español origina).
Así las cosas, nos encontramos con que este Gobierno pretende cobrar con carácter retroactivo -y, al parecer, con sanciones- impuestos por las míseras pensiones que les llegan del extranjero. La indignación de este colectivo está más que justificada porque, aparte de las razones arriba expuestas, no fueron informados adecuadamente según todos los indicios. Pero hay otra razón de peso que convierte esta pretensión del Gobierno en una ofensa: el reciente indulto concedido a los grandes defraudadores, cifrado en miles de millones de euros. Esto pone en evidencia, una vez más, que este Gobierno defiende a los ricos y castiga a los pobres.


                                                                        Gijón, 15-5-2014 

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