miércoles, 6 de agosto de 2014

Ausencia clamorosa


Terminó la última edición de la Semana Negra en medio de la contradicción entre el éxito clamoroso de público y la amenaza de cese del evento por parte del consistorio municipal. Basta acudir al recinto, sentarse a tomar una consumición en una carpa y observar a la gente para percatarse de que ésta se lo pasa bien. Llama la atención la diversidad del público. Hay allí personas de toda edad y condición; una masa heterogénea y feliz que disfruta de la enorme variedad de ofertas: desde culturales (libros, debates, conferencias, exposiciones,…), hasta lúdicas (las atracciones de los feriantes), pasando por las gastronómicas y las musicales.
Esto está en el haber. En el debe, la increíble desconfianza del Rector de la Universidad de Oviedo que levanta un muro más de la vergüenza y contrata personal de vigilancia. No se fía este señor de sus conciudadanos; nos debe considerar peligrosos. Sin embargo, más bien podría pensarse que es más peligrosa su actitud: los españoles conocemos bien la ideología de la desconfianza.
¿Y qué decir del nuevo gobierno municipal? Su ausencia en el evento resulta clamorosa. Por el contrario, vemos a menudo a la nueva alcaldesa asistiendo a las procesiones religiosas y fotografiándose con los jerarcas de la Iglesia. Evidentemente, está en su derecho de asistir a este tipo de actos, pero a título personal y evitando la publicidad. Cosa distinta es que lo haga como edil del ayuntamiento. Quizá no sabe que España, con la democracia, es un país aconfesional. Creo que es por irregularidades de este tipo por lo que el pujante movimiento de los indignados canta en sus manifestaciones aquello de: “Lo llaman democracia y no lo es,…”.

                                                            Gijón, 31-7-2011


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