El abandono del PP por parte de
Álvarez-Cascos y sus seguidores es justificado por éstos como una consecuencia
de la falta de democracia interna en ese partido. Reclamaban un congreso en la
sede de Asturias en el que, según sus cálculos, Cascos saldría elegido
candidato a la presidencia del Gobierno regional en las próximas elecciones
autonómicas. Sin embargo, es sabido que los partidos políticos en este país se
caracterizan por su falta de democracia interna, sobre todo el PP que hereda
los modos autoritarios del pasado régimen. El sistema de listas cerradas para
presentar candidatos obliga a éstos a seguir fielmente las directrices marcadas
por la cúpula dirigente y el papel de las bases apenas va más allá del mero
presentismo. Es esa la razón por la que los partidos políticos no pueden
exportar democracia a la sociedad.
Es aquí donde, según la opinión
de muchos politólogos, nos encontramos con la verdadera naturaleza del problema:
la sociedad carece de cultura democrática, por lo que tampoco se puede realizar
desde el exterior la necesaria regeneración política de los partidos. Tenemos
una asignatura pendiente aún por superar: asimilar los valores democráticos.
Gijón, 11-1-2011
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