La presentación de Cristiano
Ronaldo en el Santiago Bernabéu, como figura estelar del balompié, con la
presencia de 80.000 enfervorizados espectadores, creo que puede servir como
claro ejemplo de lo que en su día Marx definió como alienación. Según este
filósofo, alienación es el fenómeno social mediante el cual el ser humano no
vive su propia realidad y no reconoce, por tanto, las condiciones materiales en
las que transcurre su vida cotidiana, lo que le impide realizarse como persona.
Obligado a vivir, no obstante, se busca una vida ajena a la suya que hace
propia. Vive, pues, engañado, enajenado.
La grave crisis económica por la
que estamos pasando afecta principalmente a los trabajadores que, sin haber
tenido ni arte ni parte en ella, son, sin embargo, los que más la padecen. Tal
parece, sin embargo, que, lejos de ocuparnos y preocuparnos por resolver el
problema (no esperemos que nadie venga a resolverlo), nos entregamos a la
veneración de un falso ídolo, que, para más escarnio, es el propio sistema que
originó la crisis, el neoliberalismo económico, el que nos lo presenta como
icono.
Si no aprendemos de la historia,
estamos condenados a repetir los mismos errores.
Gijón, 7-6-2009
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