Bienvenida al mundo de los adultos. Me refiero a la
autora del artículo ‘Algo huele a podrido’, publicado en EL COMERCIO el 11 de
octubre. Las reflexiones que ella hace en su escrito corresponden a un análisis
elemental de la realidad que estamos viviendo (muchos padeciendo), pero que,
paradójicamente, nadie, o casi nadie, parece advertir, al menos públicamente, y
menos que nadie, los políticos. El discurso oficial de éstos y el de los medios
de comunicación es que vivimos en el mejor de los mundos y esta idea está
asumida por el colectivo social que actúa y se comporta en consecuencia.
Sin embargo, como dice la citada señora, algo huele
a podrido. Ese algo es la globalización neoliberal que lo invade todo. Huelen a
podrido los cadáveres (un olor insoportable) de miles de seres humanos que
desesperados son víctimas inocentes e impotentes de este sistema depredador e
insolidario, sin alma (emigrantes clandestinos, palestinos engañados por todos,
hambrientos, desheredados, excluidos del mundo entero, etcétera). Huele a
podrido la prepotencia y la sinrazón del Gobierno de la nación más poderosa de la Tierra y sus serviles
lacayos, los dirigentes occidentales, vendidos a los intereses económicos sin
ninguna dignidad. Huele a podrido la actitud insolidaria y ausente de miles de
nuestros conciudadanos, que cómodamente instalados en la sociedad del consumo,
asumen el pensamiento único y son ajenos y también indirectamente causantes de
estos males. Huelen a podrido los políticos que, responsables directos de este
estado de cosas, sólo buscan obtener votos en las elecciones para mantener sus
cargos y, por tanto, el actual ‘estatus’.
¿Soluciones a todo esto? primero, tomar conciencia
de ello y denunciarlo como tú has hecho. Segundo, saber que la solución pasa
por la política, por lo que los ciudadanos tendremos que implicarnos en ella (y
como las organizaciones políticas y sindicales son actualmente aparatos
excluyentes, habrá que cambiarlos). Tercero, hay que asumir y divulgar una
ideología alternativa a la neoliberal. Esa no es otra que la de la izquierda,
debidamente actualizada y corregida de los errores pasados. ¿Seremos capaces
los ciudadanos de hacer este recorrido?
Gijón, 20-10-2002
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