Da la sensación, viendo la
película Ágora, que su director, Amenábar, más que divertir o entretener, busca
hacernos reflexionar. Se vale para ello de un acontecimiento histórico particularmente
significativo: la destrucción en la Edad Antigua del último reducto de la razón, la
filosofía y la ciencia, encarnados por una mujer, Hypatia, por parte de la
sinrazón, el fanatismo y la intolerancia a los que conducen la fe ciega y las
verdades absolutas de las religiones, en este caso, la cristiana. La
destrucción de la Biblioteca
de Alejandría y la muerte de Hypatia supusieron la puntilla a la extraordinaria
cultura de los antiguos griegos que, conocida como clásica, sentó los cimientos
de nuestra cultura occidental.
La historia que siguió a estos
hechos es bien conocida: siglos de oscurantismo y atraso hasta que en los
albores de la Edad Moderna
el hombre redescubre a los clásicos. Es la época del Renacimiento y el
Humanismo. La cultura se abre paso trabajosamente hasta desembocar en otro
momento culminante de la historia de la humanidad, la Ilustración , que
supone un antes y un después. Siguen nuevas luchas, nuevos enfrentamientos,
avances y retrocesos hasta llegar al día de hoy en claro retroceso.
El mensaje de la película de
Amenábar resulta claro. Lo pone en boca de su heroína, Hypatia, con una frase:
“Creo en la filosofía”.
Gijón, 25-10-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario