jueves, 7 de agosto de 2014

Ágora


Da la sensación, viendo la película Ágora, que su director, Amenábar, más que divertir o entretener, busca hacernos reflexionar. Se vale para ello de un acontecimiento histórico particularmente significativo: la destrucción en la Edad Antigua del último reducto de la razón, la filosofía y la ciencia, encarnados por una mujer, Hypatia, por parte de la sinrazón, el fanatismo y la intolerancia a los que conducen la fe ciega y las verdades absolutas de las religiones, en este caso, la cristiana. La destrucción de la Biblioteca de Alejandría y la muerte de Hypatia supusieron la puntilla a la extraordinaria cultura de los antiguos griegos que, conocida como clásica, sentó los cimientos de nuestra cultura occidental.
La historia que siguió a estos hechos es bien conocida: siglos de oscurantismo y atraso hasta que en los albores de la Edad Moderna el hombre redescubre a los clásicos. Es la época del Renacimiento y el Humanismo. La cultura se abre paso trabajosamente hasta desembocar en otro momento culminante de la historia de la humanidad, la Ilustración, que supone un antes y un después. Siguen nuevas luchas, nuevos enfrentamientos, avances y retrocesos hasta llegar al día de hoy en claro retroceso.
El mensaje de la película de Amenábar resulta claro. Lo pone en boca de su heroína, Hypatia, con una frase: “Creo en la filosofía”.


                                                              Gijón, 25-10-2009

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