Se dice que a la salida del
estado de alarma estaremos en una nueva normalidad, pero no se define en qué
consiste y, como todo, se presta a diversas interpretaciones. Hay quien
pretende que esa normalidad no sea nueva, sino la de antes de la crisis; son
los que quieren continuar instalados en el sistema neoliberal impuesto en el
mundo durante los últimos cuarenta años. Los que la califican de nueva se
dividen en dos grupos: los que quieren superar el sistema democrático por
considerarlo disgregador, es decir, los que pretenden imponer un pensamiento
único (el suyo), un orden y unas leyes únicas (las suyas), y los que pensamos
que lo nuevo hace referencia a superar el sistema neoliberal por considerarlo
disparatado.
Efectivamente, la bondad que ven
los defensores del sistema neoliberal es cierta: tal como dijo Marx, el
capitalismo (y el neoliberalismo lo es, aunque sustituyendo la economía
productiva por la economía especulativa) es el sistema económico que más
riqueza crea, condición esta necesaria para, como dicen sus defensores, acabar
con la pobreza. Pero la realidad demuestra que, dándose la primera premisa, la
segunda no se da. La riqueza cada vez está peor repartida como lo demuestra el
hecho que el 20 por ciento de la población mundial acapara el 80 por ciento de
la riqueza del mundo.
La nueva normalidad consiste,
pues, en superar el sistema neoliberal sustituyéndolo por una verdadera
democracia que posibilite no sólo la creación de riqueza, sino también un
reparto equitativo de la misma, para lo cual debe ponerse en el centro los
derechos humanos, de tal manera que sean una realidad y no una mera declaración
de principios, como lo es ahora.
Ese sistema sociopolítico, que
corresponde a la nueva normalidad, tiene un nombre: la socialdemocracia tal como
se dio en los países nórdicos.
Gijón, 29-6-2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario