sábado, 17 de octubre de 2015

El mensaje de Lledó


El pasado 4 de octubre, este periódico publicó una entrevista realizada a Emilio Lledó, reciente premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Como creo que estamos ante un gran intelectual comprometido, es conveniente entresacar de sus declaraciones el mensaje que transmite. Puede ser el siguiente:
Dice no sentir odio, pero sí desprecio, un sentimiento producido por las injusticias de las que es testigo. Esto le lleva al compromiso con la cultura y con la política que se percibe en su entrevista. Un compromiso en primer lugar con la República a la que reivindica (“…iba muy en serio y por eso hubo que dar un golpe de Estado para hundirla”). Se muestra indignado tanto con los políticos (“Este país se merece mejores gobernantes”), como con la corrupción (“La corrupción es una de las cosas más vergonzosas que han pasado en este país. La corrupción de las mentes, del cerebro”).
Arremete contra la ignorancia (“Lo grave es que haya ignorantes con poder que organicen nuestras vidas” o “A los políticos no les preocupa la educación. A un pueblo se le domina mejor llenándole de ignorancia. La mayoría de los planes de estudio que se han aprobado estos años iban contra la educación”). Consecuentemente, a la pregunta ¿qué reforma fundamental le gustaría ver? contesta: “Una que terminara con la ignorancia y el desprecio a la enseñanza pública. El 99% de la enseñanza en Alemania sigue siendo pública”; y también “¡Estamos creando universitarios tarados! Es fundamental crear pasión por el estudio, por el conocimiento”.
Reivindica tanto la filosofía (“La filosofía no es un lujo”), como la política (“Si hubiese políticos decentes, no sé si se podrían salvar todas las injusticias, pero creo que sí”). Especialista en la cultura clásica, alude al concepto de felicidad de los griegos (“Hay un momento en la cultura griega en el que se descubre que la felicidad ya no está en tener sino en ser”).
Estas son las palabras de una persona sabia e indignada, pero me temo que, como bien dice el entrevistador, Emilio Lledó sea una voz que clama en el desierto.


                                          Gijón, 17-10-2015

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