sábado, 9 de agosto de 2014

Tres razones para la memoria


Primera, sin conocer el pasado no se entiende el presente y sin entender el presente pasa lo que pasa, que muchas veces no se distingue entre un discurso racional y coherente y un rebuzno, pongamos por caso.
Segunda, es necesario reparar la tremenda injusticia cometida con centenares de miles de personas que sufrieron de diferentes maneras -muerte, tortura, prisión y exilio- por la defensa de la República que representaba la legalidad política y la democracia frente a la sublevación y el fascismo. Esas personas fueron consideradas durante los cuarenta años de dictadura como enemigos de la patria y durante los treinta siguientes fueron condenadas al olvido.
Tercera, el odio y el rencor se generan a partir de la ignorancia, la injusticia y las mentiras, no surgen del conocimiento y de la búsqueda de la verdad.


                                                                  Gijón, 25-8-2006 

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