Dos cartas publicadas en esta
sección con fecha 16-3-11 tienen en mi opinión fácil respuesta. Al autor de la
carta ‘La encrucijada de nuestra economía’, en la que se lamenta de no
encontrar soluciones para salir de la actual crisis económica, se le puede
decir que su error (comprensible porque es generalizado) consiste en buscar las
soluciones en el ámbito de la economía. El neoliberalismo económico que ha
liderado el fenómeno de la globalización en las últimas tres décadas es un
modelo fracasado; nos ha conducido a un callejón sin salida. La solución no hay
que buscarla en el ámbito de la economía, como afirman muchos políticos, sino
en el de la política. Es decir, hay que cambiar el paradigma político, lo que
significa cambiar nuestro modelo ético y cultural. Concretamente, se trata de
sustituir la actual primacía de los mercados por la primacía del ser humano o
lo que es lo mismo, poner la economía al servicio del hombre y no al revés.
La otra carta a la que me
refería, ‘Réplica’, está firmada por un habitual de esta sección, que se
presenta a sí mismo como un cruzado del único Dios verdadero, el suyo. Resulta
obvio que con los dioses (lo que es lo mismo que decir con los que hablan en su
nombre) no se puede argumentar, solo cabe acatamiento, porque son omniscientes,
omnipotentes, omnipresentes, infinitos y además nosotros no somos otra cosa que
meras criaturas suyas. Carece por tanto de sentido que este señor reclame
argumentos a sus continuas afirmaciones.
Gijón, 18-3-2011
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