La muerte de José Vidal-Beneyto
priva a España y a Europa de un claro referente democrático. Comprometido desde
los años cincuenta del pasado siglo contra el anterior régimen, fue un decidido
impulsor del cambio político que se produjo con la muerte del dictador.
Promotor del llamado por los jerarcas franquistas ‘Contubernio de Munich’ en
1962, formó parte de la Junta Democrática
que se creó en España en 1974. Fue crítico, no obstante, con la manera en que
se planteaba la transición española, por considerar que se traicionaba al
pueblo en aras del poder de los partidos políticos.
El proyecto europeo fue otro de
los objetivos que persiguió en su vida, aunque también aquí discrepaba de la
deriva política que tomaba la
Unión. La consideraba poco ambiciosa. Esto le hizo posicionarse
contra la aprobación de la Constitución
Europea en el referéndum francés, lo que contribuyó a que
ganase el no en ese país.
Enemigo declarado del
neoliberalismo imperante en el mundo, tomó parte activa en los movimientos
antiglobalización, con destacadas intervenciones en el Foro de Porto Alegre.
También en este campo, su espíritu inconformista, nada ortodoxo, le llevó a
criticar la desunión de dichos movimientos: “Sólo se destruye lo que se
sustituye”, decía en alusión a la falta de un proyecto político alternativo
para derrocar al sistema neoliberal.
Los inconformistas con el actual
estado de cosas echaremos en falta sus artículos tan críticos como didácticos y
oportunos. Descanse en paz.
Gijón, 19-3-2010
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