Es opinión generalizada en la
familia socialista, tanto entre militantes como dirigentes, la necesidad de un
cambio en el partido como primer paso para lograr el cambio en la sociedad.
Este cambio ya fue señalado en la Conferencia Política
que el PSOE celebró en Madrid el pasado noviembre y fue refrendado en la
reciente campaña a la secretaría general por los tres candidatos. El cambio se
manifiesta en dos direcciones complementarias: un giro a la izquierda que
marque claramente las diferencias con las políticas neoliberales de la derecha
y mayor democracia interna, dándole más protagonismo a los militantes. Dicho
esto, hay diferencias notables en las propuestas que han hecho los tres
candidatos.
A este respecto, considero que
es el programa de Pérez Tapias el que representa los valores más auténticos de
la socialdemocracia, siendo, por tanto, el más adecuado para que el PSOE lidere
la alternativa que la izquierda tiene que oponer al neoliberalismo. Lo que
viene a continuación recoge las propuestas más importantes de ese proyecto político,
así como el programa de la socialdemocracia que propone Tapias.
1. Recupera el programa de la auténtica
socialdemocracia, abandonado por los partidos socialistas europeos
(incluido el PSOE), cuando hace tres décadas tomaron el rumbo de las terceras
vías. Representa, por tanto, el giro a la izquierda que debe hacer el PSOE para
ocupar el espacio político que le corresponde y liderar así la alternativa que,
desde la izquierda, ha de derrotar al neoliberalismo. Conecta con los valores
auténticos del socialismo, los que encarnaron Pablo Iglesias Possé, Largo
Caballero, Gómez Llorente y otros. Creemos que este programa puede ser asumido
en su esencia por agrupaciones políticas de izquierda tales como IU y Podemos.
(Las características principales
que definen el programa de la socialdemocracia vienen más adelante).
2. Propone la recuperación de la dignidad política, para lo que reivindica la
democracia republicana, participativa o deliberativa frente a la democracia
liberal actual. Ese modelo conlleva un perfil de ciudadano mucho más
comprometido políticamente (la política como vocación de ciudadanía). Incluye
también medidas eficaces contra la corrupción política; ley de transparencia;
replanteamiento de la financiación de los partidos y reforma de la ley
electoral.
3. Es el programa que mejor encarna la
necesaria democratización interna del PSOE, dándole a la militancia el
protagonismo que le corresponde en los ámbitos de la elaboración de la política
(programa), elección de representantes y control de los mismos. Como método más
idóneo para llevar a cabo esta política participativa propone el dialogo entre
los militantes y entre estos y los dirigentes, creándose los espacios necesarios
de diálogo y debate que se regularán según lo determinen los estatutos.
Al mismo tiempo, y en la medida
en que se logra la necesaria unidad interna, el PSOE ha de orientar su acción
política de manera decidida hacia el diálogo con los movimientos sociales, con otras
fuerzas de izquierda y con las organizaciones de trabajadores. Contribuir a la
pluralidad de la izquierda y a la conformación de alianzas desde esa
pluralidad, tanto en el ámbito nacional como internacional, es pieza clave de
una estrategia de transformación.
A efecto de lo anterior, entre
otras medidas se tomarán: la inaplazable renovación de las estructuras
organizativas del partido, nuevas formas de militancia; cauces permanentes de
diálogo con la ciudadanía; carta de derechos y deberes de los afiliados y
afiliadas; elección directa por la militancia (“un militante un voto”) de quien
en cada ámbito orgánico haya de desempeñar la Secretaría general del
partido. Es firme el compromiso con la realización de las primarias abiertas ya
aprobadas. Para garantizar en el PSOE la imparcialidad en elecciones primarias
para la candidatura a la presidencia del gobierno, el Secretario General no
debe presentarse.
4. Como solución al grave problema que amenaza
la desintegración de España, propone la reforma federal del Estado de las
autonomías, lo que supone ir hacia un Estado federal plurinacional;
reconocimiento político de las naciones existentes en el seno del Estado
español; transformación del Senado en cámara territorial efectiva; potenciación
de cultura federal en torno al reconocimiento de la diversidad nacional y el
pacto federal como pieza fundamental para la reconfiguración del Estado.
5. Propone la apertura de un proceso
constituyente para un renovado pacto constitucional que contemple: reformas
para que nuestro Estado social y democrático de derecho sea Estado Federal
plurinacional y Estado laico; refuerzo de la protección jurídica de derechos
sociales y económicos; reformas para mejorar la representación parlamentaria y
para potenciar la participación política; modificación del artículo 135 de la Constitución
rectificando la reforma del mismo que introdujo en ella la cuña neoliberal de
la “prioridad absoluta” en cuanto a pago de la deuda pública; proceso
constituyente en cuyo marco se someta a referéndum la alternativa monarquía o
república.
6. Una política transformadora en el marco de la Unión Europea que conlleva:
la democratización efectiva de las instituciones de la UE ; articulación de alianza
contra las políticas de “austeridad” impuestas por la “troika”; defensa de los
eurobonos y de la Tasa
sobre Transacciones Financieras; la ciudadanía europea como ciudadanía social;
medidas contra la fractura de la UE
en una Europa del Norte y una Europa del Sur; política internacional de apoyo a
procesos de democratización y transformación social.
7. Necesidad de formación. Para llevar
adelante las políticas expuestas en los puntos anteriores es necesaria la
existencia de militantes y dirigentes capaces y comprometidos, por lo que la
formación cultural, ideológica y ética de los mismos ha de ser una labor
prioritaria y continua. Se recuperará, por tanto, una de las señas de identidad
del partido socialista: las clases preparatorias de cuadros capaces de
desempeñar las necesidades que requiere el partido de clase, la captación de
militantes y simpatizantes y el acercamiento a la sociedad, poniéndose al lado
de la libertad y la democracia socialista, lo que verdaderamente persigue el
socialismo español.
Características esenciales del programa
socialdemócrata
a) Lucha contra el paro desde una política
económica socialista frente a la antipolítica neoliberal, lo que significa
recuperar el papel del Estado como regulador de la economía y redistribuidor de
la riqueza. Política orientada por criterios de justicia económica. Empleo
digno: defensa de trabajadoras y trabajadores. Promoción de la economía social.
Refuerzo de pequeñas y medianas empresas. Banca pública. Potenciación de nuevos
sectores productivos. Papel dinamizador del Estado en el ámbito económico. Compromiso
activo en políticas I+D+i. Medidas contra el “exilio laboral” de la juventud
española.
b) Reconstrucción del Estado social, para
lo que se potenciará el Estado de bienestar como cauce imprescindible de
justicia social. Fortalecimiento de los sistemas públicos de educación, sanidad
y de pensiones. Refuerzo de las medidas para autonomía de personas
dependientes. Potenciación de servicios sociales. Política solidaria de
vivienda: contra desahucios. Defensa de los servicios públicos del Estado de bienestar
y dignificación de la Función
pública. Renta básica de ciudadanía. Lucha eficaz contra el empobrecimiento y
la exclusión social.
c) Potenciación de la sanidad pública. Las
aspiraciones en cuanto a calidad de vida y la dignidad de la ciudadanía exigen
mantener el compromiso público con un sistema de salud, capaz de garantizar la
asistencia sanitaria a toda la población sin discriminación alguna.
d) Apuesta por una educación pública de
calidad. Es imperioso fortalecer la apuesta de la sociedad española por una
educación pública de calidad para hacer efectivo el derecho a la educación sin
discriminaciones, con igualdad de oportunidades, de acceso y de recursos. La
educación superior demanda la defensa de las universidades públicas, de su
potencial docente e investigador, así como del principio de autonomía
universitaria.
e) Promoción de la cultura como derecho y como
recurso. El acceso a la cultura es un derecho de todas las personas. Los
bienes de cultura, y muy singularmente el patrimonio histórico como patrimonio
público, requieren una protección especial y el compromiso de las
administraciones públicas en su defensa. La creación cultural en cualquiera de
sus dimensiones ha de estar especialmente alentada.
f) Fiscalidad justa. Pacto de rentas, sin
privilegios para rentas del capital. Erradicación del fraude fiscal.
Fortalecimiento de la Agencia Tributaria.
Políticas activas contra evasión y paraísos fiscales.
g) Necesaria ecología: desarrollo sostenible y
protección de medio ambiente. Políticas de protección de medio ambiente y
de lucha contra el cambio climático. Medidas contra las diversas formas de
contaminación medioambiental. Control democrático del desarrollo urbanístico.
Defensa de las costas y de los espacios naturales protegidos. Fiscalidad verde.
Moratoria nuclear e impulso de las energías renovables.
h) Defensa de las libertades y políticas de
igualdad. Refuerzo de la protección jurídica de los derechos civiles y
políticos (manifestación, expresión, reunión, libertad de conciencia, participación
política). Políticas de igualdad de género. Defensa del derecho a decidir de la
mujer. Estrategia social, política y jurídica contra la violencia de género.
Seguridad ciudadana en clave democrática. La igualdad social como objetivo para
la libertad. Legislación sobre “Justicia universal”. Compromiso democrático con
la memoria histórica.
i) Democracia inclusiva para una sociedad
pluralista. Políticas para favorecer la convivencia intercultural en los
diferentes ámbitos de la vida social. Refuerzo de la mediación cultural para la
integración social y la inclusión democrática de personas y colectivos
inmigrantes. Desarrollo de nuevas formas de ciudadanía intercultural.
j) Laicidad del Estado como objetivo
inaplazable. Nueva Ley de libertad religiosa y de conciencia. Denuncia de
los actuales Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede. Estatuto de
laicidad para instituciones y cargos públicos. Defensa del principio de
laicidad como clave para la convivencia democrática en una sociedad democrática
y pluralista.
Ciertamente, este proyecto
político es una utopía, sin posibilidad, por tanto, de ser alcanzado a corto
plazo. No obstante, es irrenunciable porque, como dijo Oscar Wilde, “El progreso es hacer realidad una utopía”.
Es decir, sin un referente utópico no daremos un paso en el camino del
progreso. La gran cuestión que se deriva de todo esto queda planteada por la
pregunta siguiente: ¿quién ha de realizar esta ingente tarea? La respuesta es:
nosotros, los ciudadanos.
Gijón, julio de
2014
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