miércoles, 13 de agosto de 2014

Nos engañan


Creo que existe la opinión cada vez más generalizada de que a los ciudadanos se nos engaña desde diversos ámbitos, siendo el político el más evidente (hay políticos que alardean de hacerlo sin complejos). No es menos grave también que hay demasiadas personas con una conciencia tan flexible que aceptan la mentira, colaborando y haciendo posible así el engaño (da la impresión de que la capacidad de mentir se acepta como una virtud). Una manera de deformar la realidad, de la que quiero hacerme eco aquí, es la que emplea el sistema neoliberal dominante para dar a conocer los índices de desarrollo económico y la riqueza. Así, los indicadores utilizados (PIB, PND, Ibex, cotizaciones del dólar, euro, yen, etcétera) reproducen los parámetros principales del modelo económico conservador y ocultan la paradoja de que cuanta más riqueza producimos, más pobres generamos.
Estas graves disfunciones de nuestras sociedades han suscitado la reacción de eminentes economistas que advierten del error, así como la aparición de numerosas iniciativas (alguna en el marco de las Naciones Unidas) que abren nuevos cauces para la determinación de la riqueza y la prosperidad desde otras perspectivas. Éstas pasan por contemplar datos como la esperanza de vida, la tasa de alfabetización o el PIB por habitante; recogen aspectos como la precariedad, la siniestralidad laboral, el aumento del trabajo en la sombra, la discriminación de la mujer, la violencia doméstica, la destrucción ecológica, etcétera. Se trata así de liberar de su secuestro a las cuentas que dan cuenta de la realidad para poder cambiarla.


                                                                        Gijón, 16-2-2004

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