domingo, 10 de agosto de 2014

Las causas de la tragedia


Se dice que no hay mayor mentira que una verdad a medias. Eso es lo que se da en el artículo del señor Díez Tejon, ‘La tragedia tiene causas’ (22-3), en el que responsabiliza a los dirigentes del tercer mundo del drama de las inmigraciones ilegales. Tiene razón al señalar esta realidad como una causa importante del problema. Pero la trampa está en detener ahí la lista de responsables y exculpar a Occidente de la tragedia. Históricamente, los Estados occidentales han utilizado su superioridad respecto al mundo subdesarrollado para explotarlo de múltiples maneras, bien mediante el lucrativo negocio de la trata de esclavos, bien practicando el colonialismo con un doble objetivo: obtener materias primas necesarias para su desarrollo y aumentar el poder en un momento en que la rivalidad entre las naciones así lo requería.
Cuando el desarrollo económico/científico hizo innecesario el colonialismo, se prescindió de éste, abandonando a esos países a su suerte. Hay que exceptuar a aquellos en los que su riqueza aún nos es útil, como ocurre en Oriente próximo, donde se recurre a la guerra sin más.
Occidente puede y debe hacer mucho para evitar el drama al que nos referimos, que con el tiempo será mucho mayor. Cuenta con la ONU, organismo creado precisamente para abordar esos problemas. Pero esta institución está siendo ninguneada por los países más poderos de la Tierra hasta anular toda su capacidad operativa.
Detrás de todo esto está el tremendo egoísmo de los países del primer mundo. Lo demás es escurrir el bulto. 


                                                                        Gijón, 22-3-2006

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