sábado, 9 de agosto de 2014

La verdadera conspiración


Hay veces que unos determinados hechos resultan especialmente reveladores de la realidad en que vivimos. Tal ocurrió en días pasados cuando desde tres ámbitos diferentes, otros tantos actores de índole diversa se combinan con un mismo propósito: desprestigiar al Gobierno de Zapatero. Los agentes fueron: un delincuente encarcelado, habitual traficante de drogas y explosivos, pendiente de juicio por colaboración en el atentado del 11-M, para el que piden más de 3000 años de cárcel, un periódico amarillista, “El Mundo”, que publica la última versión de la citada persona sobre el acto terrorista, abonando la delirante teoría conspirativa contra el Gobierno de Aznar y un partido político, el PP, que no duda en utilizar el esperpento mediático para su campaña de implacable acoso al Gobierno. Para ello utiliza la institución más digna de la nación, el Parlamento, donde el portavoz popular exige una vez más conocer la verdad y Rajoy afirma que “la gente quiere saber todo lo relacionado con la autoría (del atentado), que en estos momentos no sabemos”.
La gente preocupada de veras por saber la verdad la hemos conocido durante los tres dramáticos días que van desde el 11-M al 14-M del 2004 y esa verdad no fue otra que la constatación de que el anterior Gobierno utilizaba cínicamente el atentado con fines partidistas. Ello le costó al PP el poder. En los dos años y medio transcurridos desde entonces las investigaciones realizadas desde frentes diversos no han hecho más que confirmar esa verdad.
Estos hechos ponen en evidencia una de las mayores servidumbres de la democracia: el uso de la libertad para hacer la política del “todo vale”. Sólo la sanción del pueblo en las urnas puede impedir adentrarse por derroteros tan negativos.


                                                  Gijón, 16-9-2006

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