domingo, 3 de agosto de 2014

La manipulación de la palabra


Es bien sabido que el ser humano dispone de la palabra para definir, nombrar, conocer la realidad y la verdad. Filósofos hubo, como Wittgenstein, que limitaban el conocimiento humano al lenguaje, de tal manera que fuera de éste no hay seguridad de que exista nada. Pero es igualmente sabido que la palabra puede usarse para todo lo contrario: manipular, engañar, tergiversar. Es más, creo que abunda más de lo segundo que de lo primero. Tal como denuncia Vargas Llosa en su obra ‘La civilización del espectáculo’, vivimos en una sociedad en la que se banaliza la cultura. Las palabras pierden su sentido y se usan, no por su significado, sino por intereses particulares.
Un ejemplo de lo último se da en el título del artículo publicado en este periódico el día 19 de junio: “Desde Asturias: Dios salve al rey”. Lo firma el señor arzobispo de Oviedo. Sin entrar a valorar el propósito de Dios de salvar o no al rey, las palabras “Desde Asturias” suponen una manipulación de la realidad, porque da por hecho que Asturias, es decir, los asturianos aclamamos al nuevo rey, lo cual es falso. Le puedo asegurar al señor arzobispo que ni los votantes de Podemos, ni los de IU, ni siquiera los del PSOE (estos aceptan la monarquía como mal menor) subscriben el enunciado del artículo; y, sumados todos, pueden representar la mayoría.
Otra falsedad que encierran estas palabras es la pretensión de su autor de arrogarse la representación de los asturianos. Ni siquiera el presidente del Principado lo haría, consciente de que en este caso no representa el sentir de todos. A lo más que puede representar el señor arzobispo es a los creyentes católicos. Incluso, creo que ni eso, pues, al no haber sido elegido por ellos, sino por la cúpula eclesiástica, puede decirse en propiedad que representa el sentir de ésta. Las palabras justas para definir esta realidad son: “Desde el arzobispado de Asturias: Dios salve al rey”.
                    

                                                           Gijón, 20-6-2014

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