La huelga de los médicos permite
visualizar con nitidez la ideología del sistema político que se ha ido
imponiendo en el mundo en los últimos 30 años: el liberalismo-conservador o
neoliberalismo.
Entre sus características
definitorias están el individualismo y la libertad negativa (entendida ésta
como la ausencia de trabas para enriquecerse), siendo la propiedad privada el
más importante de los derechos individuales. Concibe la sociedad como un
inmenso mercado desregulado que se rige por el darwinismo social o libre
competencia entre individuos por la supervivencia y los recursos. Todo ello
requiere un modelo de Estado cuyo papel se reduce al mantenimiento del orden.
Esta ideología se esfuerza por
limitar la participación política de los ciudadanos, fomenta la pasividad y
despolitización, les exige deferencia y comprensión para con las élites y
pretende que limiten su participación política a poco más que la selección de
los líderes que han de gobernarnos.
Para el neoliberalismo la
democracia es una ‘poliarquía’, un sistema de gobierno representativo que se
caracteriza, no por la dispersión del poder en la ciudadanía, sino por la
existencia de una pluralidad de grupos de interés y presión que se han
convertido en auténticos centros de poder que han suplantado a los ciudadanos y
tratan de determinar la toma de decisiones políticas, buscando satisfacer sus
propios intereses. Estamos ante un pluralismo posesivo que no es más que la
continuación lógica del individualismo posesivo en el que se basa.
Es este sistema el que condujo a
la perversión de la democracia, debiendo ser sustituida ésta por otro modelo
que es el participativo-representativo.
Gijón, 21-12-2012
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