martes, 12 de agosto de 2014

El triunfo del 'no' en Francia y Holanda


El triunfo del ‘no’ en el referéndum para la aprobación de la Constitución europea en Francia y Holanda acrecienta la desorientación y el descontento de los europeos. En ambos países se ha puesto de manifiesto el divorcio que hay entre la mayoría de los ciudadanos por un lado, y las organizaciones políticas y las instituciones públicas que los representan por otro, que hicieron mayoritariamente campaña por el ‘sí’. Ello evidencia una realidad que hace tiempo se viene percibiendo: la crisis de la democracia en el mundo.
Si bien es cierto que es difícil de identificar a primera vista las causas de la negativa, pues el ‘no’ provino de sectores políticos tan dispares como la extrema derecha de Le Pen, la extrema izquierda, pasando por los movimientos antiglobalización              (ATTAC), etcétera, creo que hay un denominador común que está en la base del descontento: el rechazo del neoliberalismo económico que amenaza con destruir el estado de bienestar alcanzado por Europa en los últimos años.
Conocida la causa, el siguiente paso sería buscar la solución que pasaría por modificar el rumbo tomado por la globalización económica que lidera, como se sabe, EE UU y que acrecienta las diferencias entre pueblos y ciudadanos.
Esto, que es fácil de decir, es tan difícil de realizar que, hoy por hoy, no se vislumbran posibilidades de cambio y ése es el verdadero problema. Pues ya lo dijo Vidal-Beneyto: “sólo se destruye lo que se sustituye”. Es decir, para destruir el sistema neoliberal imperante es necesario aglutinar todas las fuerzas que se oponen en torno a una alternativa eficaz que lo desplace y hoy eso no se da.
¿Será una nueva Constitución europea, a la que aboca esta negativa, la que sea capaz de unir a los ciudadanos que decimos: “otro mundo es posible”?


                                                                Gijón, 4-6-2005

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