lunes, 4 de agosto de 2014

El mensaje de las urnas


Sobre las elecciones del 25-M se pueden hacer dos valoraciones, una en clave europea y otra en clave nacional. La primera es negativa porque ganó la derecha, es decir, ganaron las políticas neoliberales, causantes de la crisis (mercados desrregulados, burbujas financiera y del ladrillo, paraísos fiscales, paro, aumento de las desigualdades, etcétera). Además, se produjo un grave ascenso de los partidos xenófobos y nacionalistas (antieuropeos) como el francés, liderado por Le Pen, que no presagia nada bueno.
Pero en España, al menos, las elecciones tienen un significado en clave nacional y ése, en mi opinión, resulta esperanzador, por lo que tienen de crítica severa a los partidos tradicionales. Efectivamente, las urnas transmiten un mensaje claro: los políticos profesionales no nos representan o nos representan defectuosamente. No otra cosa significa el bajón de los partidos mayoritarios (PP y PSOE) que tuvieron la responsabilidad del gobierno en España prácticamente durante todo el periodo democrático, y la irrupción espectacular del nuevo partido ‘Podemos’, que recoge la indignación nacional del movimiento 15-M.
El carácter esperanzador del mensaje consiste en que éste nos obliga a todos, representante y representados, a hacer un esfuerzo por democratizar a España; es decir, nos avoca a una segunda transición. Si la primera trajo una democracia formal, la de ahora ha de ser la real. Ha llegado el momento en que los ciudadanos hagamos uso del derecho que nos otorga la Constitución de participar activamente en las instituciones democráticas y asumir el protagonismo que nos corresponde. En eso consiste el reto que tenemos por delante.


                                                Gijón, 27-5-2014

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