viernes, 8 de agosto de 2014

Colaboradores


Hay colaboradores habituales de este periódico a los que leo con interés porque encuentro que sobresalen por encima de la mediocridad moral y la ramplonería intelectual que nos rodea. Uno de ellos es Juan Hernández con su columna de los martes. Sus críticas aceradas buscan desenmascarar la hipocresía y la falsa conciencia de nuestras sociedades. Es un provocador nato.
Un artículo suyo, publicado con motivo del triste suceso de Haití es una buena prueba de ello. Lo titula ‘Nosotros y ellos’ en alusión a los que vivimos en el primer mundo, instalados en el refalfio y los que malviven en el tercero o cuarto, “una masa analfabeta que come galletas de barro para engañar el estómago”. Encuentra Hernández una relación entre los dos mundos: “Un día decides mirar al otro lado del muro y descubres que para que tú puedas vivir bien y darte la vida padre es necesario que detrás de la clasista muralla pulule gente que vive, ¿eso es vivir?, con 70 céntimos de renta al día”. Luego alude a Dios: “Dios se ha vuelto de espalda a Haití”.
Como se ve, el escrito contiene todos los ingredientes para la polémica. De hecho, hubo algún lector que se escandalizó por considerarlo sacrílego. Sin embargo, es evidente que Hernández no critica a Dios, sino a nuestra sociedad que utiliza a Dios para lavar su conciencia.
Necesitamos personas clarividentes y comprometidas que nos coloquen delante del espejo para que podamos vernos reflejados tal como somos.


                                                                             Gijón, 21-2-2010

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