Señor Ibarretxe: Usted
tiene derecho a pretender más autonomía, incluso la independencia del País Vasco,
tal como debe figurar en el programa político de su partido. Consecuentemente, usted
puede plantear plebiscitos o hacer apelaciones ante los tribunales que
considere oportuno, es decir, legalmente usted puede persistir en la política
que está haciendo. Pero una cosa es la legalidad y otra la conveniencia. En
realidad, su política resulta disparatada y explico la razón.
La actividad delictiva de
ETA, con asesinatos incluidos, resulta tan monstruosa que forzosamente tiene
que convertirse en un factor determinante de primer orden a la hora de
planificar los objetivos políticos.
El hecho de que sus afanes
soberanistas, coincidentes con los de los asesinos, puedan suponer un estímulo
para la banda es motivo más que suficiente para renunciar a los mismos hasta la
derrota o el cese de las hostilidades de ETA.
Señor Ibarretxe, usted,
como presidente de la comunidad autónoma vasca, está en condiciones de hacer
política. Es por ello que sus palabras de condena a ETA, por muy duras que
suenen, carecen de valor.
Está usted obligado a
posicionarse de forma inequívoca y rotunda en contra de la banda terrorista.
Gijón, 23-9-2008
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