La expresión ‘argumento ad
hominem’ se refiere a la táctica de responder a los argumentos del contrincante
en un debate, no con otros argumentos, sino con insultos. Aunque parezca
increíble, el Partido Popular ha convertido esta táctica en política general de
enfrentamiento con el PSOE. La enésima trifulca protagonizada por los diputados
del PP en el Congreso que acabó con la bochornosa expulsión de uno de ellos
corrobora esta actitud.
Pero, hagamos un pequeño repaso
de la historia que dio lugar al incidente. El 22 de enero del pasado año la Asociación de Víctimas
del Terrorismo organizó una manifestación en Madrid. El objetivo de la misma,
que en principio era apoyar a las víctimas, derivó hacia un ataque frontal al
Gobierno y al PSOE, al tiempo que se ensalzaba al PP. Nada más natural en ese
clima de crispación que un grupo de manifestantes reaccionase ante la presencia
en la concentración de un ministro del Gobierno, José Bono, con insultos e
intentos de agresión, de tal manera que obligaron al ministro a abandonar la
marcha. Habiendo sido identificados algunos de los agresores, las fuerzas del
orden procedieron a su detención para las pertinentes declaraciones. Pero los
presuntos autores de los hechos no eran anónimos ciudadanos de la calle, sino
militantes del PP, es decir, un partido con inmenso poder político, económico,
mediático y jurídico que se puso en marcha. Resultado: los condenados fueron los
policías que cumplieron con su deber. Estas circunstancias fueron aprovechadas
por el PP para arrojar más basura al Gobierno, organizando la bronca referida
al principio.
Creo que los ciudadanos
deberíamos tomar buena nota y actuar en consecuencia.
Gijón,
15-5-2006
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