He leído
detenidamente el texto del acuerdo programático entre la FSA e IU y quisiera hacer
algún comentario público, si este amable periódico lo tiene a bien.
Primero, creo
que el documento no conecta con el ciudadano de la calle. La razón fundamental
ya se expuso aquí: su vaguedad e indefinición. No entiendo como en el apartado
relativo a la economía, sin duda el más importante, no se define una política
económica. ¿No debería la izquierda proponer a los ciudadanos un modelo
económico alternativo, o al menos diferenciable, al neoliberalismo actualmente
en boga? ¿Seguiremos con el laisser faire,
dando toda la iniciativa al capital y precarizando a los trabajadores, bajando
los impuestos para animar las inversiones, etcétera? Nada se dice al respecto,
por lo que es de suponer que no tienen un modelo definido. En su lugar aparece
una interminable lista de buenas intenciones.
En el punto
3, relativo al desarrollo integral de las personas, otra lista de buenos
propósitos que van desde el salario social básico al apoyo de los mayores,
discapacitados, niños, etcétera. ¿Cómo se van a financiar estos presupuestos?
No se dice.
En el
apartado de cultura todo gira en torno a la cultura asturiana y el bable. Es
decir, se apuesta por inculcar en esta región el hecho diferencial. Alguien nos
debería explicar dónde está la pretendida bondad de tal cultura. Yo siempre
creí que la cultura que importa adquirir es la europea, un caudal riquísimo de
conocimientos y experiencias, imprescindible para establecer la convivencia en
paz y progreso de los pueblos.
Finalmente,
en el capítulo 9 se plantea la necesidad de potenciar el autogobierno de
Asturias. Es un error pensar que mayor autogobierno supone un mayor
acercamiento de los ciudadanos al poder, tal como se quiere vender. Esto se
consigue aplicando otras políticas distintas a las practicadas hasta ahora,
siendo este documento un buen ejemplo de estas últimas.
Gijón, 6-7-2003
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