viernes, 8 de agosto de 2014

Mirando al pasado

La carta publicada en este periódico el día 24 de febrero, “Ley de Memoria histórica”, argumentando sobre la inconveniencia de promulgar esa ley, es la mayor razón que se puede esgrimir para justificarla.
Resulta revelador comprobar cómo su autor expone exactamente los mismos argumentos que, durante la larga dictadura anterior, la propaganda de aquel régimen divulgaba un día sí y otro también para justificar el cruel golpe militar, seguido de guerra civil, que derribó la república democrática y estableció la dictadura.
Lo sé muy bien porque yo escuchaba los noticiarios (entonces se llamaban partes) que a través de la radio incluían arengas y alabanzas al régimen en las que se decía exactamente lo mismo que afirma el señor de la carta. No había posibilidad de acceder a otra versión de los hechos, la que haría el bando perdedor, por ejemplo, porque, aparte de que casi lo exterminaron, no había libertad de información.
La famosa transición democrática que siguió a la dictadura se hizo siguiendo el criterio de la reforma que consistió, entre otras cosas, en extender un tupido velo sobre las atrocidades cometidas por aquellos energúmenos.
Por razones de justicia elemental con los vencidos, los grandes frustrados de nuestra historia reciente, por razones de cultura y por razones de ética, es necesario que los españoles dirijamos la mirada hacia ese calamitoso pasado y aprendamos las lecciones que proporciona, a fin de que de una vez por todas seamos capaces de entendernos y emprender juntos la senda hacia cotas más altas de democracia.


                                                                      Gijón, 24-2-2008

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