En días pasados hemos asistido
al breve pero intenso pulso mantenido por comerciantes y vecinos de la calle la
Merced contra la decisión municipal de cambiar el nombre de esa calle por el de
José Manuel Palacio, primer alcalde democrático de Gijón. El desenlace es
conocido: prevalecieron los intereses vecinales sobre los deseos políticos.
Seguramente las cosas no se hicieron de la mejor manera posible (creo que no se
contó con la opinión previa de los vecinos). Pero eso no quita para que la
decisión de homenajear al que, sin duda, muchos consideramos el mejor alcalde
de Gijón en democracia, sea acertada y se busque, por tanto, la manera de
materializarla, bien con una calle, una plaza, un parque, o cualquier otro
espacio público que sea digno de su nombre. En estos tiempos de crisis de
valores democráticos es necesario volver la mirada hacia aquellas personas que
encarnaron la ejemplaridad pública, como es el caso de José Manuel Palacio.
Gijón, 3-12-2015
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